Saturday, September 19, 2020

Mi hada sanadora

 


Este es uno de los cuadros que tiene mi psicoanalista lacaniana en Ecuador. “El Loco” de Pablo Picasso y a mí me encanta.

Este, junto a un montón de libros de arte, psicoanálisis, filosofía, entre otros temas, adornan su consultorio, y ella, generadora de paz y orden, que es obviamente la mejor parte.

Curiosamente conocí a mi psicoanalista en Octubre del 2014 en un Congreso de Psicoanálisis fuera del país, y quedé encantada con su charla sobre el Psicoanálisis y la Literatura, que es cuando supe de la existencia de Alejandra Pizarnik y me conecté con unos de sus poemas. Pero, apenas contacte a mi actual psicoanalista en Junio del 2015, y mi primera sesión con ella fue un día después de mi cumpleaños. 

Estuve en análisis con ella, ininterrumpidamente, hasta Marzo del 2016, que es cuando empece con mis viajes por aquí y por allá, tras graduarme, regrese un par de meses y luego en Febrero del 2017 estuve partiendo nuevamente. Pero esta vez, con su venia para tener una nueva psicoanalista en el país en el que estudiaría, este permiso era importante para mí, pero aun con este permiso, y aun estando en análisis con otra analista por más de un año, para mí Mayra era, fue y será mi única analista de verdad.

En todo caso, me costó mucho “compartirme” con mi nueva psicoanalista y “perdornarme” semejante traición. Sin embargo, tanto en mi visita a Ecuador a finales del 2017 y a finales del 2018, tuve sesiones con ella y en el 2019, reanudamos el tratamiento seguido en línea. Es toda una historia. 

Puede que, para algunos, suene exagerado... pero le debo tanto. Y le debo cosas impagables cuantitativamente, no puedo terminar de agradecerle por abrirme paso entre tanta espesura, por calmarme, por enseñarme, por aguantarme. Y es que yo siento que esa hora con ella siempre ha sido algo sagrado, una conexión con lo divino, y una reconexión y reconocimiento de mi verdadero ser. Las veces que me caí y lloré no son nada frente a las veces que me maraville ante la ironía y la obviedad de realidades internas y externas que Mayra me ayudó a entender.

Espero que todos quienes estén en el camino del auto-descubrimiento que involucra el psicoanálisis puedan encontrar una hada mágica y sanadora como la mía, que fue desde el primer día: luz y bendición para mí.

Muchas gracias, queridísima Mayra. Es usted una inspiración para crecer. La quiero muchísimo.


Un lugar feliz

 


Estas son fotos felices. De un lugar feliz, para mí.

Son fotos de mis dos visitas a París, una en Abril del 2016 con mi hermano Richard, y otra de Abril del 2018 con mi hermano Jorge. 

A mí me gusta viajar, aunque no lo haga tan a menudo como me gustaría. Usualmente estoy muy ocupada estudiando, trabajando o ambas como para planear un viaje, tomarme el tiempo que conlleva y costear los gastos, pero cuando logro que todo se armonice soy muy feliz. Más allá de mis una y mil quejas en cada viaje, mis hermanos son fieles testigos, al final del día me siento agradecida y bendecida.

No creo haber visitado muchos lugares todavía, pero creo haber visitado suficientes ciudades cómo para decidir que tengo una favorita, y esa es París. Probablemente tenga mucho que ver con mi idea de Francia, con mi amor por el francés, con los miles de dulces, con el clima nostálgico, con la gente que se siente... más que “lejana”, privada. Pero, sobretodo, con cómo me siento yo ahí, ese aire de libertad que me conmueve y me calma. Tal vez tenga que ver con que no entiendo nada, o que todo es tan pequeño que me asombra, o que todo es tan diferente a lo que conozco que me encanta.

En todo caso, en momentos como este, donde me siento abrumada por la vida y ansiosa ante la incertidumbre del mañana, siempre puedo volver a París. Puedo recorrer los “Champs-Élysées” y comerme un “macaron” mientras Richard y Jorge me dicen que tienen frío y nos alistamos para una foto.

Y así puedo, una vez más, enfrentarme al mundo. Recordarle al mundo que soy pequeña pero no incapaz, que soy débil pero no cobarde, que soy humana sin dejar de ser divina.



Tuesday, September 15, 2020

Little joys.


I don’t really remember this day some years ago... I don’t remember anything much about it, but I do remember this moment. We, my cousins and I, just playing around with this “piece of light.”

Sometimes I have to remind me that there is light because I indulge too easily to darkness; but my smile is always showing itself in the corners of my own self, reminding me that I am just over-thinking and over-worrying about everything, as usual, and life still has way too many “treasure chests” to offer me, I am just starting.

I invite everybody to turn on their lights, whatever this is: reading your sacred book, connecting with your divinity, dancing under the moonlight, drawing and scribbling, baking cookies, running in the forest, singing out loud, etc, whatever it takes to bring the light from outside, back inside you. Let’s commemorate this day doing that special something a bit more than usual. Let’s enjoy it.


[Madelaine Bustamante. May 22, 2020]