Y aquí estoy yo, haciendo malabares con tus ausencias... esas ausencias que dijiste un día nunca sufriría de ti, aun me pregunto si en algún momento te dignarás a volver, al menos para ser la sombra de lo que eras en mi vida, al menos para autoengañarme con el "todo está bien" tras verte nuevamente. Supongo que debería hacerme a la idea de que, dada tu personalidad, cabe la posibilidad de que no vuelvas nunca, nunca más; lastimosamente, dada mi personalidad también, cabe la posibilidad de que te espere siempre, para siempre, y como duele que no estés aquí.
Todavía me reprocho que te hayas ido, que te sirva de consuelo saber que me repocho más a mí de lo que reprocho al tú imaginario; y supongo que mis reproches están ligados a tus últimas palabras, esas donde me advertías que había sido yo, únicamente yo quién nos había empujado a ese hoyo abismal entre nosotros, donde no había más cabida para "nosotros" sino solamente para ti o para mí; lo más triste es que soy consciente de la verdad que encierran tus palabras, sé que al final del día fue mi decisión.
Pero... ¿realmente teníamos que llegar a esto? Supongo que fue demasiado para ti, ese corte doloroso que hice entre nosotros, lo hice según mi aguante y no el tuyo, todo lo viví, haciendo, según mis limitaciones y no las tuyas; al final del día siempre te dije cuan egoísta soy, supongo que eras tú quién entonces no quería verlo, no quería admitirlo ¿Cómo podrías admitir en mí semejante vileza? De alguna manera la ceguera no era solo mía, y la perdida no era solo yo.
Después de todo te faltaba imaginación para ver mis defectos en su totalidad, te faltaba algo constantemente, constantemente te faltaba algo, lo pasabas por alto y yo me daba cuenta, como siempre; pero me daba esa cuenta donde no puedo transmitir que está pasando, donde las palabras se ahogan dentro de mí, y ni con anzuelo logro sacarlas, hasta que un día se mueren y flotan por sí mismas como lo han hecho hoy por hoy, y entonces las recojo.
Quisiera sacarme de adentro todo ese dolor con las palabras, no sé si algún día sepas comprender el rol que cumplen en mi vida y la eficacia de las mismas, nunca en toda mi existencia he visto yo cosa más eficiente que la palabra, las palabras te ayudan aunque sientas que son clavadas como flechas, en realidad purifican, en realidad clarifican las cosas. A que tengo razón, después de todo tus silencios nunca hicieron nada bueno por ti, no hicieron, no hacen, no harán... y tus silencios aun pesan.
Que hermoso hubiera sido decir con la misma facilidad que escribo, tantas cosas que no entendiste a su tiempo; debo admitir mi grado de culpa en ese asunto, debo admitir que no dije suficiente pese a tus constantes insistencias, pero te repito que no era yo eh ¡eran las palabras que se ahogaban! ¡se ahogan dentro de mí! y aunque tú te parabas a mi lado intentando sacarlas, no salían... no salían hasta que tras perecer flotaban, flotaban... flotan cuando ya no parecen tan necesarias. ¿Y quién sabe si las necesito o no? Las necesito, para que no se descompongan dentro de mí, para que no dañen por dentro, ya dañaron suficiente por fuera ausentándose.
El otro día estaba hablando con ella y me dijo que lo echaba de menos, que quisiera hablar con él aunque sea un instante para saber cómo estaba, me dijo que no era por ella que quería hablar sino por él, porque estaba preocupada; me dijo que a pesar de todo y tanto lo amaba.... ¿Has hablado con él últimamente?
Para serte honesta creo que ella está mucho mejor hoy por hoy, pero hay días en que todavía llora, hay días en que la veo que no puede más; y me preocupa, pareciera que está a punto de perder la razón y de repente hay algo que la salva, tú que estás con él ¿Cómo ha manejado todo esto? Espero que le esté yendo bien, después de todo ella y yo somos conscientes de que hizo lo que pudo ¿él sabe que ella también lo intentó? Explicale tú lo que digo para que entiendan.