Friday, July 2, 2010

Nieve en Primavera (Octava Subida)



Segundo Capítulo: “Ramo de Flores"

A veces creo que lo mejor hubiera sido irme con él, haberme forzado a mi misma dejar de continuar…pero ni siquiera eso puedo hacer. ¿Qué me habrías aconsejado mi amor? ¿Qué es lo mejor para tu flor, Rui? Se decía Sakura, confundida con sus pensamientos, perdida en su desierto de amor.
De pronto algo la sacó de su estado, escuchó el sonar del teléfono y fue a contestarlo:
-         Hola. Dijo Sakura.
-         ¡Kuri! ¿Cómo estás hermosa? ¡Te eche tanto de menos! Dijo una voz al otro lado y ella se quedó petrificada; es verdad que era fácil causarle una fuerte impresión, pero más que nada, era fácil dejarla anonadada cuando para referirse a ella, le decían “Kuri” que era como él solía llamarla; aunque el hecho de que esa persona sea su mejor amiga, a la cual no veía hace dos años y más, también la llevaba al extremo de sufrir una taquicardia.
-         ¿¡Mika!? Fue lo único que pudo decir. De un momento a otro, las lágrimas que antes habían sido causadas por el dolor, ahora se hacían presente por un motivo completamente distinto.
-         - ¡Si! Te extrañe tanto Kuri. Quise hablar contigo pero no pude contactarte. ¡Tus abuelos me dijeron que estabas internada, casi me vuelvo loca! Pero supuse que no era grave ya que ellos no se habían ido a Canadá a verte. ¿Qué te pasó amiga? Dijo feliz, pero angustiada, Mika.
Sakura rió y respondió:
-         Sí, estuve internada, pero no en un hospital ni nada por el estilo…bueno algo así. Estuve en un instituto psiquiátrico. Luego de…tú sabes. Fue un gran impacto y mi sistema nervioso colapsó; tuvieron que someterme a una terapia que duró seis mese y luego el reposo emocional en casa, por cuatro mese, fue una locura. Estaba completamente fuera de mí, Así que lo siento mucho, no podía atenderte ni contactarte. Concluyó Sakura emocionada, pero apenada a la vez.
-         Ya veo. Supuse que sería un golpe fuerte para ti, pero nunca caí en cuenta de la gran magnitud de las cosas. Lamento no haber podido estar a tu lado…
-         ¡Oh, no! No te preocupes Miki, ya estoy bien. Pude recuperarme a tiempo para llegar a aquí, ese día. Ahora lo estoy llevando mejor que antes. Mi psicóloga y mi psiquiatra, por ello, me dejaron volver a Japón y empezar una vida nueva.
Mika se alegró de oír eso de su mejor amiga, pero la conocía lo suficientemente bien como para notar, en tan sólo el tono de su voz, que aún no estaba del todo recuperada. Pero...¿Cómo estarlo? Perder a alguien a quien amó tanto ¿Y de esa manera? Eso debe ser muy difícil de superar pensó.
Un apagado, pero consolador “Que Bueno” fue lo único que pudo articular.
-         ¿Dónde estás Mika? ¡Quiero verte! ¡Abrazarte! Que me cuentes que tal la vida en la Universidad. Y obvio, contarte de mi ingresó a la mía. Y los cambios que se han dado en mi vida. Dijo Sakura intentando levantar los ánimos de su amiga.
-         ¡Sí! ¡Yo también! Reaccionó Miki en el acto, consciente del esfuerzo de Sakura y la preocupación, de la misma, por su bienestar. ¿Sigues viviendo con tus abuelos? Vivo a media hora de allí. ¿Puedo ir a verte ahora? Estaría llegando a las ocho y media y si se puede, me quedo a dormir, como en los viejos tiempos.
-         ¿En serio, Miki? Sí, sigo viviendo con mis abuelos aquí. ¡Ay! ¡Que bueno preciosa! Está bien. Ven pronto, te estaré esperando. Finalizó Sakura y ambas se despidieron.


Lo mejor será que vaya por unos dulces para compartirle junto con el té. Fue el pensamiento de Sakura y se dirigió a la tienda que quedaba a un par de calles de allí.
Al regresar a casa, ya con los pastelitos que había adquirido, preparó un té de menta y fue, de inmediato por su cámara digital a su habitación, la extrajó y salió a la sala a esperar a Miki en el sillón. Amaba ver la cámara,  quería muchas tomas de Miki al entrar en su casa, luego armaría un álbum titulado: El reencuentro de M & S.


Se reía sola de sus inventos, pero no había duda de que este era un reencuentro. Uno grande.
Al pasó de un rato sonó el timbre del hogar y Sakura salió entusiasmadísima a recibir a Mika, incluso dejando olvidada la cámara. Apenas abrió la puerta, saltó encima de ella y la envolvió en un fuerte abrazo, Mika le correspondió el abrazo. Y ambas cerraron sus ojos como queriendo no perder su tiempo en otros sentidos, sino que poniendo toda su atención en uno sólo: el tacto.
Que agradable se sentía...sería perfecto poder congelar ese tipo de acontecimientos, hacerlos eternos, pero más allá de los recuerdos. Poder regresar una y otra vez en el tiempo para sentirse de esa manera, como si todo estuviera en perfecto orden. Sin duda la amistad era un punto débil de Sakura, y en Miki, también.
Poco a poco las dos abrieron sus ojos y la mirada de Sakura se posó en un animal diminuto y llamativo que se encontraba atado a un collar azul que Miki sostenía. Y preguntó:
      -   ¿Miki? Animalito. A la vez que se separó con suavidad de su gran amiga y, en un acto inconsciente pero tierno, movió su cabeza hacia la izquierda sin apartar su vista del pequeño mamífero. Miki se restregó los ojos limpiándolos de sus lágrimas y después de una breve risa por la reacción de Saku, le contestó;
     - Es un regalo para ti. Mily dio a luz hace poco y estamos vendiendo o regalando a sus bebés, así que aquí tienes un cachorrito que espera recibir y brindar mucho amor. ¿Te gusta? Antes de que Mika terminara su explicación, Kuri ya se encontraba acariciando y así, mimando al perrito.
       -   ¡Sí! Es adorable. Muchas gracias Mi. Sigues siendo esa personita amable. Y rió, con una sentida felicidad, que dolía por ser tan palpable y nueva, era como un verdadero comienzo, hace fechas que no podía sentir esa clase de sensaciones...esas hermosas emociones que inundaban todo su ser.
      -  Lo llamaré ¡Amour! Dijo Kuri, conmemorando al animalejo, con el nombre de ese sentimiento supremo que se hacia presente en su interior cuando estando junto a sus seres amados, la alegría la desbordaba. Amor, o como su ser más amado hubiera dicho: "Amour."

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Sentimientos