Es así... te sientes abrumada, de pronto todo parece perfecto, amigos por aquí, amigas por allá, familia por ahí, amor por acá... Se ve todo en conjunto y te das cuenta de que no es como esperabas... Porque buscabas Paz y encontraste mucho movimiento, pero te sientes llena: ESO ES TAN MARAVILLOSO. Sí, es magnífico, después de tanto tiempo.... venir a sentirte llena... sentir que aquel vacío asqueroso y deprimente se ha ido, es algo inexplicable....Al fin despiertas y piensas que no tienes nada que hacer pero aún así tienes mucho que day y mucho que recibir... Entonces te preguntas ¿Cómo pude ser tan infeliz rodeada de tanta felicidad? y te das cuenta de que había una clase de niebla que te obstruía la vista y nublaba la claridad de los sentimientos, por eso no podías sonreir con el corazón... Ahora, te sientes abrumada, tanas obligaciones para con quienes amas, tantas charlas, tantas salidas, tantas tareas, tantas explicaciones, tanto tiempo repartido.... Te sientes abrumada por eso callas, pero aún en tu silencio la alegría te hace frente y te susurra: Sé feliz mi niña. Estos son los momentos en que sientas que tu corazón ya no se oprime agonizante ante el dolor, una lágrima no se dispone a salir, un suspiro no se avecina y un infierno se evaporiza.... Porque a pesar de los gritos que a veces se dan, sientes que tu corazón palpita con tranquilidad, tu sonrisa es sincera y no queda en ella rastro de dolor, tus ojos brillan por la dicha y tu tierra, es tu cielo.
Tal vez no se note a simple vista... pero tienes tiempos depresivos tan angustiosos, que hasta respirar se hace dificultuoso, porque se te ahoga la vida en tu llanto invisible y por ello mismo es que aceptas de tan buen agrado las temporadas en las que todo se ve mejor... aún cuando sabes que son efímeros pues las alegrías no son eternas, pero te entregas por completo a esa felicidad instantánea, No porque seas masoquista y esperas aferrarte a lo lindo para luego encontrarte con lo feo, sino porque es la única esperanza & motivación que encuentras en tu existencia para no dejarte derrotar...
Me gusta cuando la carga sigue presente pero no me pesa, porque siento que puedo continuar, porque siento que aún puedo hacerles sentir orgullosos, porque siento que aún puedo darles lo que soy, gracias a esas personas... que aún cuando mi alma llora y no entiende de razones, se sientan a lado mío y me dicen: Locura, esperaré por tu cordura... Realmente lo agradezco, porque son la estimulación latente en mi supervivencia para no decir adiós.